Elosua creyó reconocer al escolta de Garzón en el bar Faisán
El juez incluyó a un miembro de su seguridad en el rueda de reconocimiento y salió escaldado
JAVIER FERNÁNDEZ
lunes, 07 de marzo de 2011, 07:12
Madrid.-
Si no fuera por la enorme importancia que tiene el episodio del chivatazo del denominado 'caso Faisán' muchos se atreverían a decir que se trata de uno de los mejores sainetes del célebre comediógrafo español Carlos Arniches. El último de estos sainetes, y más claro ejemplo de lo que apuntamos, ocurrió hace unas semanas cuando un mando policial no dejó precisamente en muy buen lugar al controvertido ex-juez prevaricador Baltasar Garzón, uno de los primeros instructores del chivatazo policial. Este importante mando policial, ex comisario de los servicios antiterroristas, aseguró ante el juez que la víspera de la actuación policial contra el entramado de extorsión de ETA que giraba alrededor del bar Faisán (Irún, Guipúzcoa), el juez que entonces instruía el caso, Fernando Grande Marlaska, recibió una extraña llamada del mismo Garzón desde Estados Unidos, donde estaba realizando sus polémicos cursos hoy investigados por la Justicia. La llamada acabó en manos del investigador del caso, el cuestionado Carlos Germán.
No son pocos los que desde entonces han lanzado sombras de dudas y más dudas sobre la gestión de Garzón en todo este proceso.
¿Por qué llamó a Grande Marlaska precisamente el 3 de mayo de 2006, la víspera de que se fuera a golpear con dureza contra las estructuras de extorsión de ETA en pleno proceso de paz? ¿Lanzaba Garzón un mensaje a su colega para que no concretara la actuación?
Muchas dudas en el aire sobre Garzón y el chivatazo que nadie sabe si alguna vez tendrán respuestas. Pero, con el paso del tiempo, este episodio, ahora desvelado, cobra otra relevancia si lo contextualizamos con otro que en su día se calificó de anecdótico y que ahora, aunque no tenga mayor importancia, sí invita a la reflexión.
Entre las primeras actuaciones de Garzón estuvo la de mostrarle varias fotografías a Elosua para ver si reconocía a la persona que entró en su bar. Entre las fotos, la de Ballesteros. Pero eran las fotos del carné profesional y la precisión era mínima. Por este motivo, el instructor decidió realizar una rueda de reconocimiento por si Elosua identificaba a Ballesteros. Además de a este inspector de Vitoria, el magistrado recurrió a otra serie de agentes que estaban en ese momento por las dependencias de la Audiencia Nacional, entre ellos, a uno de sus escoltas.
Elosua no reconoció a nadie, ni a Ballesteros, pese a que se presume que fue la persona que había entrado en su bar aquel 4 de mayo y le entregó un teléfono móvil donde le alertaron de la vigilancia policial. Pero sí dijo que le sonaba mucho, que le resultaba familiar un escolta de Garzón. ¿Casualidad o causalidad? Lo más probable, lo primero sin ninguna duda. Sin embargo en aquel momento, se convirtió en un dime y direte entre los que estuvieron en la ronda de identificación, generó chistes y gracietas. Ahora, tras la declaración del mando policial en la que habló de la llamada de Garzón a Marlaska el día 3, algunos sostienen ya otras teorías y creen que el papel de Garzón pudo ser más relevante de lo que parece. Una especulación más en todo este sainete. Pero la mayoría sigue haciendo chistes. "¿A quién se le ocurre poner a su escolta en la rueda de reconocimiento?", se preguntaban algunos que aún contienen la risa cuando lo recuerdan.
(fuente: la voz libre )
El juez Baltasar Garzón incluyó a uno de los miembros de su escolta en la rueda de reconocimiento que se presentó al dueño del bar Faisán, Joseba Elosua... y éste creyó que era el hombre que le entregó el móvil del chivatazo.
Si no fuera por la enorme importancia que tiene el episodio del chivatazo del denominado 'caso Faisán' muchos se atreverían a decir que se trata de uno de los mejores sainetes del célebre comediógrafo español Carlos Arniches. El último de estos sainetes, y más claro ejemplo de lo que apuntamos, ocurrió hace unas semanas cuando un mando policial no dejó precisamente en muy buen lugar al controvertido ex-juez prevaricador Baltasar Garzón, uno de los primeros instructores del chivatazo policial. Este importante mando policial, ex comisario de los servicios antiterroristas, aseguró ante el juez que la víspera de la actuación policial contra el entramado de extorsión de ETA que giraba alrededor del bar Faisán (Irún, Guipúzcoa), el juez que entonces instruía el caso, Fernando Grande Marlaska, recibió una extraña llamada del mismo Garzón desde Estados Unidos, donde estaba realizando sus polémicos cursos hoy investigados por la Justicia. La llamada acabó en manos del investigador del caso, el cuestionado Carlos Germán.
No son pocos los que desde entonces han lanzado sombras de dudas y más dudas sobre la gestión de Garzón en todo este proceso.
¿Por qué llamó a Grande Marlaska precisamente el 3 de mayo de 2006, la víspera de que se fuera a golpear con dureza contra las estructuras de extorsión de ETA en pleno proceso de paz? ¿Lanzaba Garzón un mensaje a su colega para que no concretara la actuación?
Muchas dudas en el aire sobre Garzón y el chivatazo que nadie sabe si alguna vez tendrán respuestas. Pero, con el paso del tiempo, este episodio, ahora desvelado, cobra otra relevancia si lo contextualizamos con otro que en su día se calificó de anecdótico y que ahora, aunque no tenga mayor importancia, sí invita a la reflexión.
El cruce de llamadas investigadas por la Policía determinó una secuencia que el día 4 de mayo de 2006 apuntaba directamente a los posibles responsables del chivatazo a Joseba Elosua del bar Faisán. Se apuntaba a un inspector de Vitoria apellidado Ballesteros como el agente que entró al bar y le entregó el teléfono a Elosua. Entonces, el que estaba instruyendo el caso era el juez Garzón, que había adelantado su regreso de Estados Unidos y que poco tiempo después asumía las riendas del 'caso Faisán' en detrimento de Grande Marlaska.
Entre las primeras actuaciones de Garzón estuvo la de mostrarle varias fotografías a Elosua para ver si reconocía a la persona que entró en su bar. Entre las fotos, la de Ballesteros. Pero eran las fotos del carné profesional y la precisión era mínima. Por este motivo, el instructor decidió realizar una rueda de reconocimiento por si Elosua identificaba a Ballesteros. Además de a este inspector de Vitoria, el magistrado recurrió a otra serie de agentes que estaban en ese momento por las dependencias de la Audiencia Nacional, entre ellos, a uno de sus escoltas.
Elosua no reconoció a nadie, ni a Ballesteros, pese a que se presume que fue la persona que había entrado en su bar aquel 4 de mayo y le entregó un teléfono móvil donde le alertaron de la vigilancia policial. Pero sí dijo que le sonaba mucho, que le resultaba familiar un escolta de Garzón. ¿Casualidad o causalidad? Lo más probable, lo primero sin ninguna duda. Sin embargo en aquel momento, se convirtió en un dime y direte entre los que estuvieron en la ronda de identificación, generó chistes y gracietas. Ahora, tras la declaración del mando policial en la que habló de la llamada de Garzón a Marlaska el día 3, algunos sostienen ya otras teorías y creen que el papel de Garzón pudo ser más relevante de lo que parece. Una especulación más en todo este sainete. Pero la mayoría sigue haciendo chistes. "¿A quién se le ocurre poner a su escolta en la rueda de reconocimiento?", se preguntaban algunos que aún contienen la risa cuando lo recuerdan.
(fuente: la voz libre )
2 comentarios:
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un abrazoo
Cate
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Una vez la gente decida informarse podremos optar por una sociedad mas evolucionada. Pienso que lo más importante a tratar en el panorma nacional actual es la inmigración, pero siempre es bueno estar alerta de cualquier otro tema.
Por cierto, magnifico blog!!
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