- El rodillo implacable de la Sociedad General de Autores y Editores aplasta a cualquiera. Cobra por todo tipo de actos –ya sean benéficos o no– donde suene música de autores registrados en su censo. Da lo mismo que el acto sea para luchar contra la enfermedad de un niño o para recaudar fondos para construir un hospital en Ghana.
El caso es cobrar, que esa es la razón de ser de la principal entidad de gestión de España, aunque tenga que recurrir a los tribunales –el pan de cada día– y convertirse en el malo de la película. Ya lo dijo hace una semana Teddy Bautista, presidente del consejo de dirección de la SGAE: «No estamos para ser simpáticos», informa La Razón.
Y como la SGAE no quiere ser simpática ni hacer distingos, también ha pasado factura en varias ocasiones a la Fundación Víctimas del Terrorismo en los conciertos de homenaje que ha venido celebrando en los últimos años. Según fuentes de esta organización, la entidad dirigida por Teddy Bautista les cobró por derecho de comunicación pública un porcentaje en varios conciertos que ha organizado los 11 de marzo en el Auditorio Nacional, los mismos recitales en los que tanto directores como orquestas han renunciado a sus honorarios.
En los conciertos gratuitos, en los que por su naturaleza no se obtienen ingresos, como es el caso de los que organiza por la Fundación Víctimas del Terrorismo, la SGAE factura sobre los gastos que se derivan de la organización del mismo. La cantidad es siempre igual. Se cobra un 10 por ciento del coste de la organización del evento, explica un portavoz de la entidad de gestión, donde se incluyen el caché del artista, el montaje, la publicidad y cualquier otro gasto que conlleva la celebración de un acto semejante.
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