Sin embargo, como el acceso a internet en la isla es tan limitado, cada día más cubanos optan por conectarse con el mundo a través de sus móviles, en lugar del ordenador. Cuando familiares o amigos llaman desde el extranjero, las llamadas son gratuitas. Lo mismo se aplica a los mensajes de texto internacionales.
Los opositores al Gobierno castrista ven una buena oportunidad en esta situación. El Gobierno de EEUU, los grupos de cubanos en el exilio y los disidentes que viven en la isla señalan que sus móviles pueden ser un canal de información sin control. A nadie se le escapa el papel de la comunicación móvil vía Twitter para organizar protestas en Irán, por ejemplo, o en algún otro lugar.
Las autoridades cubanas no han tomado medidas para restringir la red sino que, por el contrario, ha decidido abrirla. Desde que en 2008 Raúl Castro derogó la norma que impedía a los cubanos tener un móvil, el número de abonados ha pasado de 600.000 a más de 838.000, según la telefónica cubana. Las cuotas de activación también se han reducido, desde 118 euros hace dos años a unos 20 euros actualmente. Las tarifas para llamadas internacionales han bajado y el número de usuarios de telefonía móvil podría llegar a los 2,4 millones en 2015, en un país con una población de 11 millones.
La red GSM de la isla ya cubre el 70 por ciento del territorio y se prevén más expansiones. “Vamos a seguir trabajando para ofrecer los beneficios de la comunicación a un mayor número de cubanos”, afirmaba recientemente Máximo Lafuente, ejecutivo de la empresa, durante una rueda de prensa. “No hay duda que los móviles son un fundamento importante del desarrollo del país”.
EEUU no discrepa de la afirmación pese a que tiene un concepto de “desarrollo” bastante diferente. Las autoridades norteamericanas creen que los móviles son un canal de información directo con la población, en especial en una isla donde prácticamente todos los medios de comunicación están controlados por el Gobierno. Además, menos del 2 por ciento de los hogares cuenta con una conexión de internet.
Los servicios de telefonía IP, como Skype, también han sido bloqueados por el Gobierno cubano. El año pasado, el Gobierno de Barack Obama eximió a los proveedores de telefonía móvil del embargo económico contra Cuba. El presidente declaró que una mayor comunicación con Cuba era “la mejor herramienta para ayudar a promover en la isla el nacimiento de una democracia desde las bases”. "Esto mejorará los medios a través de los cuales los cubanos de la isla pueden comunicarse entre ellos y con gente fuera de Cuba”, indicó el Gobierno estadounidense.
Las empresas de EEUU y el Gobierno cubano no han firmado ningún acuerdo hasta el momento y la posibilidad parece bastante remota. El mayor obstáculo son los 160 millones de dólares (unos 125 millones de euros) en activos de la telefónica cubana que los tribunales de EEUU han confiscado para pagar a los cubano-americanos que han demandado al Gobierno de Castro in absentia (en ausencia).
Mientras tanto, los activistas y organizaciones estadounidenses tienen como meta hacer llegar más móviles a la isla. Raíces de Esperanza, un grupo cubano-americano de Miami, ha iniciado una campaña llamada “Cell phones for Cuba (C4C)” (Móviles para Cuba) en la que instan a regalar móviles para llevar más a la isla o para comprar nuevos aparatos. El grupo dice que los teléfonos “ofrecerán a los cubanos noticias e información, les ayudarán a entender la información y a coordinarse para poner en práctica esa información”.
Las estadísticas de Naciones Unidas indican que Cuba tiene sólo 9,8 líneas por cada 100 habitantes, una de las más bajas del hemisferio occidental. De hecho, actualmente hay menos líneas que en 1958, un año antes que Fidel Castro llegara al poder, cuando la proporción era de 15 líneas por cada 100 habitantes. El crecimiento de la telefonía móvil permite a los cubanos que no tienen teléfono fijo contar con algún aparato de comunicación, aunque muy pocos los que se pueden permitir utilizarlo.
Los cubanos usan el móvil básicamente para enviar mensajes de textos o como buscapersonas. Los usuarios ven el número en la pantalla y posteriormente llaman desde una cabina o de la casa de un amigo o vecino. Los mensajes cuestan 11 céntimos de euro –aún un poco caro- pero cada vez se usan más. Incluso el spam, la publicidad no deseada típica del capitalismo, comienza a invadir las redes socialistas de la isla.
Algunos abonados de Cubacel han recibido mensajes de empresas de ocio sobre fiestas y conciertos mientras que otros han visto mensajes políticos contra Castro. Claudia Cadelo, autora de un blog y activista de internet, apoya el crecimiento de la telefonía móvil, pero cree que el Gobierno decidió aumentar el número de abonados exclusivamente por razones económicas. “Creo que lo hacen por necesidad, pero las necesidades económicas también abren puertas en la sociedad”, sentencia.
(fuente: lainformacion.com )
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