A raíz del movimiento social en contra del gobierno en el que se solicita, entre otras cosas, la abolición de los privilegios de los que disfrutan nuestros políticos, parece que el Gobierno ha decidido concederles algo a los 'indignados' como el que le da un caramelo a un niño: tras años de disfrutar de sus Audi A8 y A6 más altos de gama, comienzan ahora a recortar su flota. El primero en dar el paso ha sido el mismo Ejecutivo. Mientras, en su lucha de patio de colegio habitual, señala a la oposición como la que más disfrutaba de este lujo: lo que ha obligado a los alcaldes del Partido Popular a disminuir también el número de coches oficiales. Empezando por el Ayuntamiento de Madrid, que pasa de 148 a 42 unidades. El ahorro no va a ser muy significativo, ya que los conductores son funcionarios y se mantendrán en plantilla. Según se defiende Gallardón, ya el año pasado se sustituyeron coches Premium por híbridos como el Toyota Prius o modelos más accesibles como el Honda Civic o el Renault Clio: sí, el alcalde de la capital se sacrificó sustituyendo su Audi A8 blindado de casi 600.000 euros por un Prius. Habrá que darle las gracias por ello.
Recortes prometidos o no, hasta la fecha, la flota de vehículos de las autoridades es de todo menos comedida. El Gobierno cuenta con 325 coches oficiales, a los que se suman los 17 de Congreso, otros 17 del Senado y los 23 del Supremo. Cada uno de estos vehículos cuesta unos 48.303 euros, siendo el presupuesto anual para este fin de 47,43 millones de euros. Respecto a las Comunidades Autónomas más ‘gastonas’ en lo que a coches oficiales se refiere, éstas son el País Vasco (275 vehículos), Andalucía (también 275), Valencia (118) y Extremadura (116). De hecho, en Euskadi tienen chófer los 135 directores generales, que se sitúan en el cuarto puesto en cuanto a rango de poder. En lo que se refiere a las diputaciones, todas disfrutan de modelos Audi A6: en Vizcaya se contabilizan 29, en Barcelona 22, en Valencia 20, en Badajoz 17, en Cáceres 16 y en Sevilla 16. Los cuartos en discordia, los ayuntamientos, también tienen lo suyo: gastan 50 millones de euros al año en más de 1.000 vehículos oficiales. A la cabeza se encuentra Madrid, con 148 vehículos.
Ante este baile de cifras que harán que se le atragante el café a más de uno, llegan las ‘anécdotas’. Como cuando el alcalde de Sevilla que, para disfrutar de la final de la Copa del Rey de 2010 -que enfrentaba al conjunto hispalense contra el Atlético de Madrid-, envió a Barcelona su coche oficial para que le recogiera en el aeropuerto. Claro, no podía coger un taxi. ¿Quién dijo crisis?
No hay comentarios:
Publicar un comentario