"Cuanto antes mejor. Incluso me parece tarde. ¿Por qué esperar cuatro meses? ¿Para hacer qué?" La reacción de Josep Piqué, expolítico y actual presidente de Vueling, se sumaba a la cadena de reacciones del mundo financiero y empresarial, que celebró el adelanto electoral en España aunque con una euforia contenida, porque como reconoce el director del Servicio de Estudios del IEE, Gregorio Izquierdo, "los mercados ya habían descontado anticipadamente este adelanto de elecciones".
Euforia, sí, pero muy contenida, tanto como el que marcaba un día aciago que situó la prima de riesgo en los 354 puntos y con Moody's amenazando con una bajada de rating. Por si esto no fuera suficiente, los datos del paro tampoco estuvieron a la altura de lo que se espera de los meses de verano. Pero "es una buena noticia", insistió el presidente del BBVA, Francisco González. "Añadirá certidumbre" a los mercados, señaló el consejero delegado del Banco Pastor, Jorge Gost.
Era la palabra más usada entre los analistas y economistas entrevistados por elEconomista: recuperar la confianza y la certidumbre en un contexto político teñido de nubarrones. "España necesita un Gobierno fuerte que tome decisiones que le sitúen otra vez a la altura de los países más importantes de Europa", reiteró González. "Ha tomado una decisión adecuada".
También entre la confianza y la prudencia se mostraba Gregorio Izquierdo, para quien "la situación era inevitable, aunque Zapatero no deja de sorprender. Supongo que espera que el efecto verano diluya el efecto que ha supuesto el anuncio de elecciones anticipadas".
Sin embargo, este verano de 2011 será inolvidable por lo que ya ha pasado (reforma de Gobierno, reforma de las pensiones, autonomías que quieren devolver competencias...) y por lo que puede pasar en esta carrera a La Moncloa en la que nunca está todo escrito.
El mundo empresarial también valoró positivamente el adelanto electoral porque "devolverá la confianza" a España, dijo el presidente de la patronal madrileña (CEIM), Arturo Fernández.
Nadie hablaba de grupos políticos y mucho menos del resultado en las urnas; hablaban de la urgencia de hacer cambios visibles. Arturo Fernández reconoció así la necesidad de un nuevo Gobierno, "del signo político que sea", para que afronte con "responsabilidad y solidez" la situación actual y "despeje incertidumbres".
Por su parte, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha dicho que: "Hay que poner en marcha con urgencia medidas que activen la recuperación del empleo". Mientras, Lorenzo Amor, presidente de los autónomos de ATA, asegura que la legislatura estaba agotada: "Era una decisión necesaria ante la situción de crisis e inestabilidad que vive el país".
Euforia, sí, pero muy contenida, tanto como el que marcaba un día aciago que situó la prima de riesgo en los 354 puntos y con Moody's amenazando con una bajada de rating. Por si esto no fuera suficiente, los datos del paro tampoco estuvieron a la altura de lo que se espera de los meses de verano. Pero "es una buena noticia", insistió el presidente del BBVA, Francisco González. "Añadirá certidumbre" a los mercados, señaló el consejero delegado del Banco Pastor, Jorge Gost.
Era la palabra más usada entre los analistas y economistas entrevistados por elEconomista: recuperar la confianza y la certidumbre en un contexto político teñido de nubarrones. "España necesita un Gobierno fuerte que tome decisiones que le sitúen otra vez a la altura de los países más importantes de Europa", reiteró González. "Ha tomado una decisión adecuada".
También entre la confianza y la prudencia se mostraba Gregorio Izquierdo, para quien "la situación era inevitable, aunque Zapatero no deja de sorprender. Supongo que espera que el efecto verano diluya el efecto que ha supuesto el anuncio de elecciones anticipadas".
Sin embargo, este verano de 2011 será inolvidable por lo que ya ha pasado (reforma de Gobierno, reforma de las pensiones, autonomías que quieren devolver competencias...) y por lo que puede pasar en esta carrera a La Moncloa en la que nunca está todo escrito.
El mundo empresarial también valoró positivamente el adelanto electoral porque "devolverá la confianza" a España, dijo el presidente de la patronal madrileña (CEIM), Arturo Fernández.
Nadie hablaba de grupos políticos y mucho menos del resultado en las urnas; hablaban de la urgencia de hacer cambios visibles. Arturo Fernández reconoció así la necesidad de un nuevo Gobierno, "del signo político que sea", para que afronte con "responsabilidad y solidez" la situación actual y "despeje incertidumbres".
Por su parte, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha dicho que: "Hay que poner en marcha con urgencia medidas que activen la recuperación del empleo". Mientras, Lorenzo Amor, presidente de los autónomos de ATA, asegura que la legislatura estaba agotada: "Era una decisión necesaria ante la situción de crisis e inestabilidad que vive el país".
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