(fuente: financiero digital )
Desde Moncloa ya se había insinuado la posibilidad de incrementar los impuestos especiales, es decir, los de hidrocarburos, tabaco y alcohol. Incluso se llegó a manejar su inclusión en la llamada Ley de Economía sostenible. Al final, el propio Rodríguez Zapatero desmintió tal posibilidad, aunque dejó abierta la puerta a que, en un futuro, se adoptasen medidas del tipo de las que ahora diseñan conjuntamente la Oficina Económica de Moncloa que dirige Javier Vallés y el Departamento de Elena Salgado.
Medicinas
La más novedosa, y que puede convertirse en la más controvertida, es la revisión del denominado "copago farmacéutico". Los medicamentos han experimentado una fuerte subida en el 2009, incluso en algunos casos del orden del 10%, cuando todos los productos y servicios han bajado como consecuencia de la crisis de consumo. Pero es que las medicinas no entienden de circunstancias. Son un producto básico, de primera necesidad, y los datos que maneja Sanidad hacen hincapié en el incremento de enfermos crónicos, los que necesitan medicarse sí o sí. Es una cuestión de supervivencia.
Actualmente, el Estado se hace cargo del 60% del precio de un elevado número de medicamentos que se adquieren en las oficinas de farmacia, y el usuario, titular de la receta médica expedida por el servicio de salud correspondiente, el 40% restante. Para jubilados y pensionistas, los titulares de las denominadas "recetas rojas", los medicamentos son gratuitos, así como para los afectados por accidentes laborales y enfermedades profesionales, cuya parte del copago es subvencionada por las empresas y mutualidades laborales.
El Gobierno pretende cambiar esta estructura de financiación para ahorrarse dinero. Además de limitar la lista de medicamentos "subvencionados", se baraja la posibilidad de subir el copago desde el 40% actual al 45 o el 50%, haciéndose cargo del resto las administraciones sanitarias correspondientes. Lo que no se tocará, bajo ningún concepto, será la financiación de las recetas de jubilados y pensionistas. Y está por ver cómo se reestructura el sistema de accidentes laborales y enfermedades profesionales, aunque este asunto podría aplazarse a la espera de otra reforma que va a llevar a cabo el Gobierno.
Incapacidades laborales
El Ministerio de Trabajo tiene muy adelantada la reforma de las incapacidades laborales, dicen que "para evitar el fraude". Las incapacidades provisionales, el siguiente paso antes de obtener una incapacidad laboral definitiva, están aumentando a través de un viejo truco utilizado por algunos empresarios con la complicidad de sus trabajadores. Los primeros, antes que despedir, prefieren mandar a un trabajador excedente al médico para que éste le firme, primero, la incapacidad laboral transitoria, ILT y, posteriormente, pasarlo a la larga lista de incapacidades laborales provisionales que paga la Seguridad Social. Un fraude muy extendido en épocas de crisis y que, ahora, vuelve a resurgir. Trabajo va a poner límites a este tipo de situación laboral para evitar el fraude, y, en este mismo contexto, Sanidad, procederá a reestructurar el gasto farmacéutico por tal motivo, aunque de acuerdo con empresarios y mutualidades laborales.
Gasolina, Tabaco y Alcohol
En lo que se refiere a los impuestos especiales. Tabaco y alcohol son los productos candidatos a sufrir un fuerte incremento, mientras que los hidrocarburos se recuerda que, en España de cada euro que se paga por la gasolina el fisco se lleva 55 céntimos frente a la media europea que se establece en 64 euros.
Tabaco y alcohol son dos productos que la propaganda oficial rechaza. Los considera perjudiciales para la salud. Se recuerda que está previsto prohibir fumar en todos los recintos cerrados, y también el elevado porcentaje de accidentes que produce la ingesta de alcohol. Se argumenta que los médicos consideran perjudicial para la salud el consumo de este tipo de productos y sólo falta por aclarar si la subida afectará al vino, teniendo en cuenta que el sector vitivinícola español es el más importante del mundo. Elena Salgado tuvo problemas con los productores cuando pretendió incrementar la fiscalidad del vino, considerado "alimento", y, por lo tanto, gravado con un IVA bajo.
Inflación
Y el otro gran problema que generaría la subida de los impuestos sobre carburantes es el efecto que sobre la inflación tendría tal medida teniendo en cuenta que el 80% del transporte de mercancías en España se hace por tierra y que los camioneros han advertido que sus márgenes se están estrechando cada día más. La subida de gasolinas y gasóleos, con el precio del barril de crudo incrementándose progresivamente, y los costes del refino, unido a un aumento de la fiscalidad, dispararía esos gastos que acabarían por repercutir en el consumidor. Y si la subida del IVA ha supuesto la protesta generalizada por su repercusión en el consumo, la de los carburantes acabaría por excitar, aún más, unos ánimos ya de por sí calientes. Y todo ello cuando se ha sobrepasado el ecuador de la legislatura y hay que empezar a pensar en las elecciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario