José Oneto, autor de este articulo publicado en republica.es
"El presidente del Gobierno, en su primera comparecencia pública, e informal, en el Parlamento, y en conversación con periodistas presentes en los actos del 32 aniversario de la Constitución, ha querido cortar de raíz los rumores de que la suspensión de su viaje a Mar del Plata para asistir a la XX Cumbre Iberoamericana, estuviese relacionada con la huelga salvaje de los controladores que ha provocado la declaración del “estado de alarma“, por primera vez desde que está en vigor la Carta Magna.
La propia presidenta Argentina, Cristina Fernández de Kirchner intentó convencer a Zapatero de que tenia que hacer el esfuerzo de estar presente en Argentina, ya que sería la primera vez que un presidente español no asistiese a una Cumbre Iberoamericana , una institución fundamental para la política exterior española, y en unos momentos en que existía una gran tensión por la publicación por el portal de Internet Wikileaks de documentos del Departamento de Estado que habían provocado fricciones entre varios países latinoamericanos.
Por otra parte, Zapatero podía haber presidido perfectamente el Consejo de Ministros, volar a las doce de la mañana a Mar del Plata, llegar a la capital argentina a las ocho de la tarde, participar en las primeras reuniones, hacerse la foto de familia y estar de regreso en Madrid el domingo a primera hora.
Ese fin de semana, no podía producirse ninguna sorpresa ya que no había prevista ninguna reunión del Consejo Europeo y, de cara a los problemas de la Deuda Publica española, después de las últimas turbulencias, se descartaba cualquier reacción porque los mercados estaban cerrados.
El mismo jueves, horas después de que se anunciase la suspensión del viaje, una fuente diplomática acreditada española comentaba a este cronista, que aparte de las medidas económicas ya conocidas había alguna otra que probablemente sería aprobada por el Consejo de Ministros. Horas más tarde trascendía que la medida sorpresa se refería al nuevo estatus laboral de los controladores aéreos, que ya habían iniciado días antes, paros encubiertos en Santiago de Compostela y Vigo.
El Gobierno no solo tenia toda la información de las actividades de los controladores aéreos y de su plan de movilizaciones, sino que el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) estaba perfectamente informado de que podían producirse graves perturbaciones en el espacio aéreo nacional hasta el punto que tenía elaborado un informe sobre como podían evolucionar esos paros encubiertos por parte de un colectivo que, desesperado por las medidas, había perdido el control hasta el punto que habían superado a sus propios representantes sindicales.
Por lo tanto, la versión presidencial de que eran las medidas económicas las que le obligaban a permanecer en la Moncloa, carece de verosimilitud, máxime cuando en ningún momento durante el pasado fin de semana, compareció ante la opinión publica (eso hubiera dado más seguridad a los nerviosos y desbordados mercados) para informar de las medidas económicas, ni por supuesto, tranquilizar al país y explicarle el verdadero alcance de la declaración del “estado de alarma”.
Zapatero ha querido convencer a la opinión pública en sus comentarios informales en el Congreso de los Diputados, de que era mejor las “comparecencias” graduales (primero el Ministro de Fomento José Blanco y, posteriormente el vicepresidente Pérez Rubalcaba) para ocultar una falta total de tacto, teniendo en cuenta de que en España nunca se ha declarado el “estado de alarma”, ni siquiera tras los graves atentados del 11 de marzo de 2004.
Su comparecencia pasado mañana jueves, es una comparecencia obligada ya que el correspondiente decreto, tiene que ser ratificado en el Congreso de los Diputados. Allí tendrá que dar una explicación más coherente a la que ha dado a todos los dirigentes políticos latinoamericanos y explicar cuál es el plan ante los controladores cuando se termine el “estado de alarma” .
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