El gobierno socialista no se conforma ya con la manipulación y la mentira, desde el 2 de febrero pasado ha puesto en marcha, con la ayuda de UGT y CCOO, un procedimiento para sustituir trabajadores a tiempo completo por trabajadores a tiempo parcial, denominado coloquialmente 2 por 1, que es una auténtica canallada contra la clase trabajadora.
Resulta grotesco oír o leer que 64.000 familias han conseguido empleo, algo de lo que todos nos alegraríamos si fuera cierto, pero no lo es. Se trata de una burla y un insulto a los millones de parados. Y es una burla porque se trata de una cifra inventada cuya única finalidad es engañar a los ciudadanos cara a las elecciones del próximo día 22. Pero ya puestos a utilizar una cifra, el mínimo de los mínimos es hacerlo de forma coherente, y para ello el paro, como la venta de frigoríficos, de leche para bebés o de cualquier variable periódica que puedan imaginar, hay que corregirla de estacionalidad para que signifique algo. Y hecha ésta corrección, la realidad es que el paro medido por este procedimiento creció en 7.110 personas en abril, es decir, como nos recuerda Laborda, director de Coyuntura de FUNCAS, “la tendencia del paro al alza no ha cambiado, parece que ha moderado su intensidad, aunque eso puede ser por el distinto calendario de Semana Santa en este año y el anterior”.
Estuvo realmente brillante en la sesión de control Soraya Sáenz de Santamaría, que con mucha gracia le espetó al vicepresidente primero que “lo único que no es estacional es la incompetencia del gobierno”, a lo que Rubalcaba, sin argumento ni discurso alguno, la respondió la desvergüenza y el tono de perdonavidas habitual, que “se leyera los números” cuando el único que no se los ha leído es él, pues en el propio comunicado se da la cifra desestacionalizada. Aunque como siempre, la mayor estupidez corrió a cargo de Zapatero, cuando afirmó que “puede marcar tendencia”.
¿En qué consiste y cómo se calcula el paro registrado?
Para comprender bien el grado de manipulación que suponen las cifras de paro registrado, nada mejor que explicar en qué consiste y cómo se calcula ésta magnitud. Tanto en España, como en el resto del mundo, se emplean dos indicadores esenciales para medir el paro: las demandas de empleo de cada mes en las oficinas de empleo, y la encuesta de población activa (EPA) que elaboran el organismo estadístico correspondiente, el INE en nuestro caso. Se trata de dos metodologías estadísticas diferentes: la primera es un registro administrativo que recoge individualmente, con nombres y apellidos, a todos aquellos que buscan un trabajo, técnicamente “demandantes de empleo”; la segunda, una encuesta a 180.000 personas.
Lógicamente, las cifras de paro registrado en las oficinas de empleo deberían ser superiores a las de la EPA, ya que la EPA, como he explicado aquí en numerosas ocasiones, excluye a colectivos cercanos al millón, o a dos millones si computamos las horas adicionales que quieren trabajar los 2,2 subempleados existentes. Y esto es exactamente lo que ocurre en el mundo civilizado. En toda la UE, los datos de las oficinas de empleo son siempre y en todos los casos superiores a las de la EPA, y en España también lo fueron en el pasado. El problema hoy es que para llegar al paro registrado se excluye tal cantidad de personas de los demandantes de empleo, 1,5 millones en abril, que la cifra final queda reducida a lo que ordena Zapatero, igual que si esto fuera el Tribunal Constitucional. Pero como decía Keynes, “para resolver un problema primero es necesario identificarlo, y a menudo el hacerlo con precisión supone la resolución del mismo”, así que vamos a ello.
Resulta grotesco oír o leer que 64.000 familias han conseguido empleo, algo de lo que todos nos alegraríamos si fuera cierto, pero no lo es. Se trata de una burla y un insulto a los millones de parados
“Es que hay menos población activa”, dice Valeriano. Ya se ve en la EPA, pero cuán tremendamente tramposo es el personaje. La EPA cubre hasta marzo, cuando los demandantes de empleo no paraban de subir en sus cifras, pero llega abril, en pleno periodo electoral, y baja a lo bestia. Hombre, don Valeriano no nos tome por imbéciles.
A partir de aquí se restan tantas como 973.000 personas porque supuestamente ya están ocupadas, lo cual no es exacto, ya que se trata de personas empleadas a tiempo parcial que trabajan solo unas pocas horas y quieren trabajar la jornada completa, entre otras razones porque con salarios de 400 a 600 euros, simplemente no pueden sobrevivir, pero el INEM los excluye a todos.
Luego vienen personas con disponibilidad limitada, 219.000 a los que tampoco se considera parados aunque lo están, y la última trapacería, dentro de los denominados DENOS, demandantes no ocupados, se excluye también a los que están haciendo algún cursillo.
No hace falta ser economista para darse cuenta que con un margen de maniobra de 1,5 millones de parados que no incluyen, para conseguir la cifra que quiere Zapatero hacen falta muy pocas luces. De ahí que la cifra de paro así calculado no sea aceptada por nadie excepto por los medios al servicio del partido socialista.
Una canallada histórica: el Plan de Choque de Medidas Urgentes
Pero lo que está sucediendo ahora, y eso es algo que cualquiera interesado en conocer la verdad sobre lo que está sucediendo con el empleo debe tener muy claro, es que tanto el INE como el INEM, con la complicidad del Banco de España, están haciendo esfuerzos ímprobos para maquillar las cifras del paro. Así se está bajando a toda costa la cifra de población activa excluyendo decenas de miles de personas por los más diversos motivos, para disimular el destrozo que están ocasionando esta cuadrilla de iletrados, totalmente incapaces de crear empleo pero perfectamente capaces para ocultar el paro.
No puedo pormenorizar aquí los diversos sistemas que vienen siguiendo para ello, como por ejemplo dar de baja a 145.000 estudiantes porque, como no encuentran trabajo, han vuelto a estudiar (están “en formación” diría el de La Moncloa), o los 171.000 EREs que no están en ninguna parte. Ahora, la nueva trampa del gobierno socialista, sancionada y rubricada por UGT y CCOO, que solo por éste hecho deberían ser despreciados y rechazados por los trabajadores allí donde se los encuentren, es letal para el mundo del trabajo.
El pasado 2 de febrero se aprobó el denominado Plan de Choque de Medidas Urgentes, y dentro de él se dio la posibilidad de que los empresarios despidieran un trabajador fijo a cambio de contratar dos eventuales. ¿Imaginan ustedes el nivel de desprecio, de crueldad y de explotación de la clase trabajadora que esta canallada, apoyada entusiásticamente por UGT y CCOO, supone?
Esto es lo que está sucediendo, que “la reforma laboral conlleva continuas ganancias de peso de las medidas de reducción de jornada”, y que ya se ha reflejado tanto en la EPA, donde 340.000 trabajadores fijos perdieron su empleo mientras que 92.000 a tiempo parcial consiguieron empleo. También se refleja en las cifras de paro registrado, donde en la parte contratación puede verse como la contratación fija baja un 13% mientras la temporal la supera en diez veces. Y esta nueva tropelía de los socialistas esconde un drama inaudito, se despide a un trabajador fijo que cobraba por ejemplo 2.000 euros y se sustituye por dos que cobran 500. Y esto no ha hecho más que empezar, así que vayan preparándose, por ello una cosa esta meridianamente clara: votar socialista el próximo día 22 es votar la propia ruina, la de sus hijos y la de los hijos de sus hijos.
(fuente: cotizalia, autor: Roberto Centeno, catedrático y analista económico)
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