El núcleo duro del Gobierno sabía desde hace meses que la semana previa a la campaña electoral sería decisiva para la estabilidad del Ejecutivo y la continuidad de Zapatero en La Moncloa.
El PNV venía advirtiendo seriamente, tanto en público como en sus muy habituales conversaciones telefónicas con presidente y vicepresidente (Iñigo Urkullu presume de hablar más a menudo con ZP de lo que lo hacen algunos ministros), que la izquierda ‘abertzale’ debía estar ‘sí o sí’ en las elecciones municipales.
El ultimátum era claro: en caso de que la marca ‘abertzale’ fuera ilegalizada por los jueces, el PNV rompería su pacto con el Gobierno. Eso le pondría al borde de una convocatoria electoral anticipada.
Rubalcaba pasó a la acción y fue él quien diseñó la estrategia para que el Gobierno no cayera. Según las informaciones obtenidas por El Confidencial Digital, Zapatero delegó en él todo el peso de los contactos con el PNV y le dio carta blanca para tomar decisiones y asumir compromisos.
Rubalcaba es el negociador, no Zapatero
El vicepresidente ha sido el principal interlocutor con el PNV. Ya desde los primeros contactos con la formación nacionalista, Rubalcaba tomó el mando, dejando a Zapatero en un segundo nivel. Hay que recordar que la primera reunión formal celebrada en Ferraz entre el Gobierno y el PNV fue presidida por Alfredo Pérez Rubalcaba. José Blanco también estuvo presente, pero el ministro de Fomento no ha vuelto a intervenir más.
El Gobierno sabía que el apoyo del PNV no iba a ser gratis. Los ‘peneuvistas’ exigieron al Ejecutivo compromisos serios para avanzar en el camino de la paz en el País Vasco. El acuerdo quedó plasmado en un documento escrito que ambas partes firmaron a finales del año pasado. Rubalcaba dio el ‘ok’ a ese texto y Zapatero ejerció de mero observador.
Cuando ZP anunció su renuncia a un tercer mandato, Rubalcaba subió un escalón más, convirtiéndose en el único interlocutor con el socio parlamentario. Desde entonces, el presidente ha sido quien ha gestionado los contactos con Sabin Etxea, el cuartel general del PNV. La relación entre Urkullu y Zapatero se limita a una cena privada y a alguna conversación esporádica por teléfono. En resumen, Rubalcaba lleva el mando.
Según las informaciones recogidas por ECD, en fuentes conocedoras directas del proceso, el vicepresidente es, por tanto, quien ha asumido los compromisos con el PNV. Zapatero ha sido un agente pasivo, más si cabe desde que dio a conocer la decisión de retirarse.
Izquierda ‘abertzale’: Rubalcaba lo gestiona
Uno de los acuerdos firmados con el PNV incluía que el Gobierno adquiriera compromisos serios para facilitar el final de ETA. En este sentido, desde Sabin Etxea transmitieron a Rubalcaba que debía autorizar a la izquierda abertzale a estar en las elecciones
Fue el mismo quien decidió que Fiscalía y Abogacía del Estado impugnaran las listas de Bildu, en base a informes policiales. La maniobra se completó con declaraciones públicas del propio Rubalcaba dejando claro que el Gobierno iba a respectar cualquier decisión que tomaran los jueces. Todo, a la espera del mazazo del Constitucional.
La decisión del TC admitiendo las listas de Bildu completó satisfactoriamente el círculo que había trazado Rubalcaba: el PNV no romperá el pacto y el Gobierno podrá completar la legislatura.
El perfil bajo Zapatero
Con Rubalcaba como hombre fuerte en el principal asunto para que el Gobierno no tenga que adelantar las elecciones, Zapatero se encuentra ya de salida de La Moncloa. Su presencia en actos públicos se ha reducido, incrementándose por el contrario las de su número dos.
El vicepresidente está acudiendo a más mítines que nunca durante esta campaña. Hay que recodar que en las últimas generales se volcó con su circunscripción, Cádiz.
Analistas consultados por ECD destacan, además, una realidad: como Zapatero ya no manda, nadie quiere pactar con él.
En el PNV, de hecho, llaman a Rubalcaba “el presidente in pectore”.
(fuente: elconfidencialdigital)
El PNV venía advirtiendo seriamente, tanto en público como en sus muy habituales conversaciones telefónicas con presidente y vicepresidente (Iñigo Urkullu presume de hablar más a menudo con ZP de lo que lo hacen algunos ministros), que la izquierda ‘abertzale’ debía estar ‘sí o sí’ en las elecciones municipales.
El ultimátum era claro: en caso de que la marca ‘abertzale’ fuera ilegalizada por los jueces, el PNV rompería su pacto con el Gobierno. Eso le pondría al borde de una convocatoria electoral anticipada.
Rubalcaba pasó a la acción y fue él quien diseñó la estrategia para que el Gobierno no cayera. Según las informaciones obtenidas por El Confidencial Digital, Zapatero delegó en él todo el peso de los contactos con el PNV y le dio carta blanca para tomar decisiones y asumir compromisos.
Rubalcaba es el negociador, no Zapatero
El vicepresidente ha sido el principal interlocutor con el PNV. Ya desde los primeros contactos con la formación nacionalista, Rubalcaba tomó el mando, dejando a Zapatero en un segundo nivel. Hay que recordar que la primera reunión formal celebrada en Ferraz entre el Gobierno y el PNV fue presidida por Alfredo Pérez Rubalcaba. José Blanco también estuvo presente, pero el ministro de Fomento no ha vuelto a intervenir más.
El Gobierno sabía que el apoyo del PNV no iba a ser gratis. Los ‘peneuvistas’ exigieron al Ejecutivo compromisos serios para avanzar en el camino de la paz en el País Vasco. El acuerdo quedó plasmado en un documento escrito que ambas partes firmaron a finales del año pasado. Rubalcaba dio el ‘ok’ a ese texto y Zapatero ejerció de mero observador.
Cuando ZP anunció su renuncia a un tercer mandato, Rubalcaba subió un escalón más, convirtiéndose en el único interlocutor con el socio parlamentario. Desde entonces, el presidente ha sido quien ha gestionado los contactos con Sabin Etxea, el cuartel general del PNV. La relación entre Urkullu y Zapatero se limita a una cena privada y a alguna conversación esporádica por teléfono. En resumen, Rubalcaba lleva el mando.
Según las informaciones recogidas por ECD, en fuentes conocedoras directas del proceso, el vicepresidente es, por tanto, quien ha asumido los compromisos con el PNV. Zapatero ha sido un agente pasivo, más si cabe desde que dio a conocer la decisión de retirarse.
Izquierda ‘abertzale’: Rubalcaba lo gestiona
Uno de los acuerdos firmados con el PNV incluía que el Gobierno adquiriera compromisos serios para facilitar el final de ETA. En este sentido, desde Sabin Etxea transmitieron a Rubalcaba que debía autorizar a la izquierda abertzale a estar en las elecciones
Fue el mismo quien decidió que Fiscalía y Abogacía del Estado impugnaran las listas de Bildu, en base a informes policiales. La maniobra se completó con declaraciones públicas del propio Rubalcaba dejando claro que el Gobierno iba a respectar cualquier decisión que tomaran los jueces. Todo, a la espera del mazazo del Constitucional.
La decisión del TC admitiendo las listas de Bildu completó satisfactoriamente el círculo que había trazado Rubalcaba: el PNV no romperá el pacto y el Gobierno podrá completar la legislatura.
El perfil bajo Zapatero
Con Rubalcaba como hombre fuerte en el principal asunto para que el Gobierno no tenga que adelantar las elecciones, Zapatero se encuentra ya de salida de La Moncloa. Su presencia en actos públicos se ha reducido, incrementándose por el contrario las de su número dos.
El vicepresidente está acudiendo a más mítines que nunca durante esta campaña. Hay que recodar que en las últimas generales se volcó con su circunscripción, Cádiz.
Analistas consultados por ECD destacan, además, una realidad: como Zapatero ya no manda, nadie quiere pactar con él.
En el PNV, de hecho, llaman a Rubalcaba “el presidente in pectore”.
(fuente: elconfidencialdigital)
No hay comentarios:
Publicar un comentario