Después de nueve días noqueado por el runrún de un rescate a España, el desorbitado ascenso de la prima de riesgo de la deuda española y la caída en picado de la Bolsa, el presidente dio este martes un nuevo volantazo a su política económica -el enésimo en lo que va de legislatura- y anunció en el Congreso un nuevo paquete de medidas.
A las pocas horas, desde La Moncloa anunciaban la cancelación de su viaje a Argentina para participar en la XX Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno de Mar de Plata. En ruta, Zapatero debía pasar por Bolivia para entrevistarse con Evo Morales. La explicación oficial que dio Presidencia fue que el presidente no quería faltar al Consejo de Ministros de este viernes, donde su Gobierno aprobará no sólo las medidas que adelantó este martes en el hemiciclo, sino "algunas más" -sin mayor concreción- que de momento guarda en la manga.
Pero el hecho de que ésta sea la primera vez en la historia que un presidente español faltará a la Cumbre Iberoamericana, unido a la espada de Damocles que pende sobre España desde que el lunes de la semana pasada la UE rescatara a Irlanda y al batacazo socialista sufrido en las urnas catalanas, hizo que los rumores se desataran.
Finalmente, parece que la sangre no llegará al río y que Zapatero ha buscado un golpe de efecto con el que tranquilizar a los mercados internacionales y contentar a los empresarios que el sábado compartieron mesa con él -y con Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Salgado- en La Moncloa. Y al menos a bote pronto no le salió del todo mal, puesto que la Bolsa se anotó a su cierre la segunda mayor subida del año, un 4,44%. Que sea pan para hoy y hambre para mañana es otra cosa.
No es la primera vez que el presidente recurre a una pirueta como la de este martes. Ya lo hizo a finales de mayo, justo el día del Pleno parlamentario sobre el decretazo de los recortes y en medio, como ahora, de fuertes turbulencias en la Bolsa.
Tras la sesión, Zapatero debía poner rumbo a Río de Janeiro para participar en el III Foro de la Alianza de Civilizaciones. Pero, a última hora, decidió cancelar su viaje alegando que quería estar en el Consejo de Ministros de ese viernes -que debía aprobar el techo de gasto para 2011- e implicarse de lleno en las negociaciones in extremis de la reforma laboral (que también acabó aprobándose por la vía del decreto a falta de un acuerdo con los sindicatos y la patronal).
En esta ocasión, no deja de resultar sorprendente que la mayoría de las nueve medidas que el líder del Ejecutivo anunció este martes durante sus dos minutos y medio de intervención en la sesión de control del Congreso sean muy parecidas a recetas que lleva meses proponiendo el PP. Recetas que hasta ahora siempre había rechazado el Ejecutivo, especialmente las que se refieren a las ayudas fiscales a las pymes. Un sector que Zapatero nunca ha tenido demasiado en cuenta, como lo demuestra el hecho de que Cepyme -la patronal de las pequeñas y medianas empresas- ni siquiera estuviera invitada a la reunión del pasado sábado en La Moncloa.
Al PP no le inspira confianza este nuevo paquete del Gobierno, porque a juicio de los populares las medidas que contiene son "improvisadas e insuficientes". "Se está evitando abordar las reformas estructurales que necesita España. Se ha acabado el tiempo y hay nuevas reglas de juego en el escenario de la Unión Europea. Si España no toma esas reformas, seguiremos en zona de peligro", señaló el coordinador de su área económica, Cristóbal Montoro.
1 comentario:
Para seguir prolongando nuestra agonía, que se muera él o que lo largen ya de una vez, estamos al borde de la intervención, son medidas cortoplacistas e injustas.
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